Aunque sé que te gusta acompañarme al súper, te confieso que aveces voy cuando estas en el colegio para evitar que me hagas un berrinche por no comprarte un huevo kínder, o tambien para evitar esta cosa
Manejar eso es cómo manejar un tráiler! Ayer me acompañaste al super y al entrar, trate de convencerte de no llevarlo, pero tu insistencia fue tanta que me convenciste. De no muy buena gana comencé a empujar aquel gran almatroste. De pronto te vi, tan contenta, tan inocente, cantando y sumergida en tu mundo imaginario donde pretendías manejar por caminos con vacas y flores. Era inevitable no contagiarme de tu gran alegría. Me sentí mal por haberme quejado de no querer manejar aquel carron, que en ese momento te generaba tanta alegria.
No puedo pedirte que no crezcas más, para poder seguir empujándote mientras me haces tan feliz al verte cantar y jugar tan tierna y adorable. Crecerás, es inevitable, y aunque me llena de ilusión el pensar que llegaras a hacer grandes cosas, también se me apachurra el corazón pensar en el día donde no me pidas más que te lleve en aquel carro, pero siempre, siempre te veré como la niñita que tan feliz le hacía manejarlo, porque siempre serás mi niña!
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