Hace 4 años lloraba al dejarla por primera vez ahí, y hoy lloro al verla con su mini toga y birrete, graduándose del kínder.
Hoy termina una etapa donde empezó con pañal, tomando biberón, sin conocer las letras, ni los números.
Y sale sabiendo usar el baño, tomar en vasos, leer, escribir, contar más allá del cien, sumar y restar.
También aprendió los días de la semana, a brincar con un solo pie, y a no salirse de la rayita al colorear,
Aprendió sobre las matarrayas,
los puercoespines,
sobre Frida Kahlo.
Y de distintos países, como España,
y Japón.
Y aunque todo este conocimiento es importante, aprendió lecciones valiosísimas, que le ayudaran toda su vida. Como cuando un día que anduve a mil y se me paso mandarle la lonchera, al recogerla de la escuela, le pedí disculpas por mi descuido y me contesto “no hay problema mami, cuando un niño no lleva lonche, todos le compartimos del que llevamos, y hoy todos me compartieron a mi”
Aprendió a compartir, y
a no darse por vencida, como ella misma me lo dijo «mami no importa si te caes, te levantas y terminas la carrera». Esa frase se que la aprendió de su directora, gracias Marisol.
Aprendió a respetar a los demás tomando turnos, y aunque la educación y los valores se enseñan en casa, las maestras ayudaron mucho a reforzar la importancia del pedir diciendo por favor y dando las gracias.
No falta el grinch que diga que la única graduación que debería existir es la de universidad, yo le pido a Dios que me otorgue la dicha de poderla ver cuando llegue ese día, pero por hoy agradezco poder estar presente en esta su primera graduación, que representa el final de una etapa llena de primeros: Primeros amigos, maestras, momentos, que por siempre llevaremos en el ❤
Ahora a la primaria! pero ese ya es tema para la próxima! 😉