Una vez más, al igual como lo hice cuando cambié su ropita de new born por la de tres meses, después la de tres por la de nueve, la de nueve por la de doce y la de doce por dieciocho, me encuentro guardando la que ahora ya no le viene para hacerle espacio a la de veinticuatro. Como deja todo casi nuevo, lo guardo en contenedores de plástico, por si llega a tener hermanita 😉 y al ir guardando con nostalgia y sonrisas cada prenda me quede pensando en cómo vuela el tiempo.
“Maternidad: Los días son largos, pero los años cortos” ¿apoco no es muy cierto? pues al despertarme a las siete de la mañana con el llamado de la personita que grita ¡mami! desde su cuarto, doce horas después, me encuentro con dicha personita sin que muestre el más mínimo indicio de cansancio, mientras que yo agotada, anhelo el momento en que caiga dormida para poder hacer lo mismo. Y aunque los días así se sienten larguísimos, al paso de tiempo, me doy cuenta que en realidad pasan muy rápido.
Me estrené como mamá y cuando menos lo pensé ya estaba planeando su primer cumpleaños. Cuando llegó su primer año, los mensajes que recibía semanal mente de Babycenter. com donde me informaban sobre su desarrollo desde antes que naciera, casi me sacan lágrimas al ver como el título del mail había cambiado de “your baby this week” a “your toddler this week” ¿en que momento había dejado de ser bebe?!
Al caer en cuenta de lo rápido que va creciendo, cómo se antoja desacelerar el tiempo, poderle poner pausa. Lo más parecido a eso es atrapar momentos con fotos. Qué suerte que vivimos en estos tiempos donde se trae la cámara del celular en todo momento. Confieso haber cachado a la criatura haciendo alguna travesura y en lugar de pararla instantáneamente, antes le tomo una foto para compartir aquel momento chistoso con mi esposo y familia. Y a pesar de que es la protagonista de las 1442 fotos en mi celular, cuando vi en las redes sociales fotos de una fotógrafa de moda, la contacté para pedir una cotización; cuando me la envio ¡me caí para atras al ver el costo por sesión! caaaarisimo Conozco de fotografía, sé que hay mucho conocimiento y trabajo detrás de una buena foto, peeero no para pagar tanto. Me acordé de mi cuñado que está planeando su boda y se sorprendió al ver los precios de un pastel de bodas, pues por el hecho de ser “bodoso” cuadriplican su precio en comparación a un pastel regular. Lo mismo pasa con el marketing emocional para padres, del cual intento no caer, o bueno caer lo menos posible 😉 pero siempre terminas comprando un monton de cosas que al final resultan innecesarias para el bebe.
Le pongo la tapa al contenedor donde guardé la ropita, al mismo tiempo que escucho a mi personita favorita despertarse de su siesta, en la cual se ha recargado para seguir descubriendo al mundo, sonrío al verla, pues soy afortunada de poder acompañarla en este descubrimiento, y aunque es agotador, es equivalentemente maravilloso.