Para Frijolito con amor

Estaba nerviosa esperando que me entregaran el resultado en el laboratorio.  No sé por qué les tomó tanto tiempo encontrar mi sobre.  Por fin me lo entregaron.  Lo abro. Solo veo números.  A estos conteos hormonales con tanto nervios yo no les entiendo, ¿qué es negativo o positivo? le pregunté desesperadamente a la señorita que me había entregado el sobre “positivo” me contestó, comencé a llorar. Al verle su cara de mortificación, le dije, ¡no! no se preocupe señorita estas son lágrimas de alegría, es que este es un bebe muy deseado, le explicaba mientras tomaba el puño de kleenex que amablemente me pasaba.  Salí  corriendo hacia mi esposo que me esperaba dando vueltas en el estacionamiento lleno.  Aprovechando que llovía, me tape la cara con el paraguas para que no se diera cuenta del resultado solamente con ver mi cara. Le entrego el sobre, se quedó serio.  Su sonrisa tierna y sus ojos llenos de lágrimas me demostraban que sí había entendido aquello del conteo hormonal.

Les dimos la noticia a mis papás que están lejos por video llamada, y a mi familia política, que son los que tenemos aquí, decidimos darles la noticia de una manera emocionante.  Esa noche que nos juntamos a jugar cartas, incluimos un mensaje en una de ellas.  Así, en medio de un relajado  juego de cartas,  cuando nadie lo esperaba, sale una  donde les soltamos la noticia “Bebe #2 viene en camino” la alegría que sentimos esa mañana al recibir la noticia comenzaba a ser felicidad contagiosa.

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Llegó el momento del primer ultrasonido, increíble como ese tamaño de frijolito ya se le escuchaba el latir de su corazón.  Desde que te enteras de la noticia que estás embarazada lo amas, pero cuando lo escuchas siendo tan pequeño, te das cuenta de la grandeza de ese amor.  Un amor que te motiva, que te llena de ilusión por su llegada.

Mi primer embarazo fue delicado el primer trimestre, por eso con este estuve muy al pendiente de indicadores de problemas como un poco de sangrado. Cuando lo noté, seguí las indicaciones de mi doctora: Reposo absoluto.  Pero a diferencia de mi primer embarazo donde solo funcionaba como incubadora sin mayor preocupación.  Ahora esperaba a un bebe, con otro  bebe aprendiendo a caminar.  Afortunadamente soy bendecida con personas super lindas que nos ayudaron con la pequeña para que yo pudiera guardar reposo.

Parecería que lo mejor que le pudieras decir a la mamá de un toddler que no para en todo el día, es que tiene derecho a dos semanas de no hacer nada, suena maravilloso, pero cuando te lo dicen en serio, es horrible, en verdad es muy feo.  No hay un sentimiento mas angustiante que el sentirte inútil.

Tenía muchas ganas de llorar pero pensé, bueno qué gano con eso, además, esa tristeza también la siente frijolito y no queremos eso.  Tenía que tener actitud positiva, ¿Cómo? ¡quién sabe! Pero actitud positiva aun que tenga que estar postrada en una cama.  Y en vedad que si  me ayudó pensar positivamente, busqué en qué entretenerme: viendo series, con un libro, chateando, hablando.  Y así,  en menos de lo que pensé ya había pasado una semana.

Todo iba muy bien, hasta que de pronto, como si fuera una pesadilla, me encontraba recostada en el mar rojo. Una hemorragia tremenda, un susto espantoso, le llamo a mi marido, después a mi doctora, cuando menos lo pienso ya vamos en camino a urgencias, yo lloraba sabiendo que lo habíamos perdido. Me hacen ultra sonido y ¡aún seguía ahí! ¿Cómo es posible? Gracias Dios mío, esto es un milagro.

Ahora si reposo absoluto, no podré pararme para nada, será pesadísimo, si pero recuerdo la inmensa alegria de ver a frijolito en la pantalla y vale la pena.  Solo que esta vez no es aquel reposo del cual pudiera escribirles: 10 tips para un reposo llevadero.  Ahora era un reposo doloroso donde me resultaba imposible leer o realizar cualquier otra distracción.  Pero  por frijolito valía la pena el dolor, ¡vamos frijolito todo va a estar bien!.

Viene otro ultra sonido, tengo toda la fe de que volveré a verte frijolito.  La doctora que realiza el ultrasonido fríamente dice “no se encuentra la bolsa gestacional».  Confundida le pregunto a mi esposo, no entiendo, ¿donde está frijolito? “ya no está” me responde mientras aprieta fuertemente mi mano y yo me rompo en llanto.

born in my heart

Quizás quien no haya pasado por la pérdida de un embarazo no entienda el por qué duele tanto, ¡si aún ni nacía!.  Pero seguramente no saben tampoco que a un hijo se le ama desde el momento en que te enteras de su existencia.  ¿Estoy triste? Sí, pero me siento en paz, porque sé que mi esposo y yo (yo reposando y el cargándome cuando no me podía mover, trayendo infinidad de medicamentos de la farmacia, haciendo el papel de proveedor de familia, mamá, papá y ama de casa, todo esto al mimo tiempo, sin dejar de estar a mi lado en tantos momentos de dolor).  En el lenguaje médico dicen que la naturaleza es sabia y si el “producto” no venía bien, el cuerpo decide terminar con la gestación.  Yo creo que Dios sabe que si venía con una malformación tan grande que le traería mucho sufrimiento, ha decidió mejor llevárselo con El.  Me pongo en tus manos Dios mío y acepto  tu voluntad.

Gracias frijolito por la alegría que nos diste, gracias mi amor por todo todo todo tu amor, cuidados y  apoyo.  Y a nuestras queridas familias y amigos que con su cariño nos ayudan a salir adelante.

A quien se encuentre en una situación similar, ¡ánimo! No estás sola.  Y si aún tienes a tu frijolito pero estas triste porque tienes que estar en reposo ¡sé feliz! Porque aún se aferra a la vida y tu estado de ánimo es muy importante para que logre salir adelante, y disfruta tu reposo con actividades que te mantengan entretenida.  Un abrazo fuerte

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