Visita a la sala de urgencias, parte inevitable de ser mamá

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Después de poco más de una semana retomo nuevamente la escritura, pues para mí el escribir depende mucho de mi estado de ánimo.  Si hay algo que me entristece, que me preocupa, nomás no me fluyen las palabras.  Además,  cuando inicié el blog pensaba que como hay tantas cosas tristes allá afuera: guerras, violencia, injusticias, etc. Solamente iba a hablar sobre cosas felices en este espacio. Hablando por ejemplo, sobre la mayor felicidad que he conocido: el ser mamá.  Pero la realidad es que también el ser mamá ha implicado para mí conocer  la mayor preocupación y angustia que he sentido en mi vida, ver a mi hija sufrir dolor.  Y de esta forma comprendí que no puedo compartir mi experiencia sobre la maternidad hablando solamente de una parte, los momentos felices, pues también los momentos difíciles forman parte de ser mamá.

Hace una semana cuando pensé que había llegado mi esposo a casa, como a la pequeña le emociona mucho recibirlo, salimos, yo a asomarme a la cochera para ver si en verdad había llegado, mientras la pequeña emocionada esperaba sosteniéndose del marco de la puerta.  En eso una fuerte ráfaga de viento azotó la puerta.  Se escuchó el  golpe seguido por llanto.  Pensé que lloraba por el susto del ruido tan fuerte, pero al voltear a verla, la encontré con su carita llena de dolor y su manita ensangrentada, desesperada abrí la puerta, le lavé la manita y al ver que el sangrado no paraba, asustada pensé -esto es serio-, le envolví su manita en una toalla y salí corriendo  al hospital que queda cerca de la casa; por suerte al salir me encontré con mi esposo y en menos de un minuto estábamos ya en urgencias.

Al enterarse nuestros familiares y amigos de lo ocurrido las llamadas y mensajes llenos de palabras de ánimo no pararon de llegar.  Así como las historias de niños que habían pasado por situaciones similares, o en algunos casos, peores.  Y al escuchar tantas historias me quedé pensando ¿será que visitar la sala de urgencias es parte inevitable de ser mamá?

Cuido a la pequeña de tantas cosas, las escaleras, objetos puntiagudos, o pequeños que pudiera tragar, tantas cosas que para mi implican peligro, pero ¿la puerta? eso nunca fue para mí algo que me preocupara, claro si la veía queriéndola cerrar, salía volando a detenerla, pero al verla paradita esperando con emoción la llegada de su papá, conmigo a unos pasos de distancia, no pude imaginar lo que estaba por pasar.  La vi feliz y de un momento a otro llena de dolor.  Quiero dejar ir ese momento, quizás estas líneas me sirvan de catarsis, y también, para evitar que le ocurra algo similar a otros niños.

Les comparto estos protectores de chapas que ya puse en su cuarto y donde ve televisión

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Estas puedes conseguirlas en Probordados

Hagamos todo lo que está en nuestras manos para proteger a nuestros pequeños, pero debemos comprender que si  a pesar de todos nuestros cuidados, se llegan a lastimar, son cosas que pasan, no es nuestra culpa y que los niños se recuperan increíblemente rápido.

Pd:  Si desafortunadamente tienes que visitar la sala de urgencias, te recomiendo un lindo detalle que puedes hacer días después cuando regrese la calma.  Tomate un tiempo para llevarles algún detallito, como galletas o donas, a los héroes que se encuentran salvando vidas en la sala de urgencia.

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