Una noche antes de ir al teatro le conté a la pequeña sobre nuestro plan para el domingo, la mañana siguiente, despertó y llego corriendo a mi cama gritando con emoción ¡Hoy vamos a ver la Sirenita! El ir al teatro causa una serie de emociones, no solo durante la función, también antes y después de ver la obra.
Si llevamos a los niños desde pequeños al teatro crecerá junto con ellos el amor por las artes escénicas. El ir al teatro, ademas de de pasar un rato inolvidable, estimula la imaginación de los pequeños, despierta su curiosidad e incluso puede lograr que el pequeño descubra talentos artísticos “me encantaría cantar y bailar así como tal personaje”. También les enseña a comportarse, permaneciendo sentaditos y en silencio durante la función (por eso no debemos olvidar llevarlos al baño antes y durante el intermedio, evitar que vayan cansados o con hambre).
La experiencia de ir al teatro es algo muy especial, no solo para los chiquitos sino para toda la familia. Podemos celebrar esta ocasión especial, llevándolos a comer, después de la obra, a su lugar favorito. Así, antes de la función, podemos decirles que si se portan bien tendrán esa recompensa. Y después, junto con la pizza (o lo que hayan elegido) podemos platicar sobre que fue lo que más les gusto de la obra.
El domingo vimos la obra “La Pequeña Sirena” ¡se las recomiendo mucho! Es una obra muy bien hecha, y sobre todo es una producción local, ¡apoyemos el talento guatemalteco! para que continúen haciendo buen teatro para los pequeños.
La Pequeña Sirena se presenta los domingos, del 13 de septiembre al 4 de octubre, a las 11 am en el Teatro Dick Smith del IGA
¡Después de la obra los personajes salen del teatro! y los pequeños pueden saludarlos y tomarse fotos con ellos.