Lecciones que me sigue dando la maternidad.

“Soy como una esponja, al vivir fuera de mi país, poco a poco me voy secando, de mi comida, de mi forma de hablar, del estar con mi gente. Cuando regreso a mi tierra mi esponja se llena otra vez al comer mi comida, al convivir con mi familia, con mis amigas, al hablar con mi acento, con mis palabras, todo esto ensancha la esponja nuevamente, y regreso a casa sintiéndome llena. Sin importar los años que llevo fuera, mi esponja siempre se vuelve a vaciar poco a poco, y ya cuando está completamente seca empiezo a sentir la nostalgia por regresar a mi tierra otra vez”. Esta fue la descripción de la esposa de un primo de mi esposo, Ecuatoriana que vive en Guatemala, me identifiqué tanto con su ejemplificación tan clara del sentimiento de vivir lejos de tu tierra porque así regresé después de pasar los días de navidad y año nuevo visitando a mi familia al noroeste de México. Volví llena, literalmente llena de tanta comedera, pero sobre todo de momentos especiales vividos con la familia.

Regreso también con lecciones nuevas que sigo aprendiendo de este rollo llamado maternidad. Subimos rumbo a las montañas de Arizona para pasar año nuevo en la nieve. Yo fantaseaba que nos resbalaríamos en trineo con la pequeña, que construiríamos un muñeco de nieve juntas y se la gozaría jugando en la nieve. La realidad fue muy distinta, no le gustó el frío, y lloró desconsoladamente al momento de tocar la nieve; pero así soy, tiendo a imaginarme las cosas tan claramente que juro que así serán, aunque pueden resultar completamente diferentes. Pensé que había aprendido mi lección: dejar de imaginar que las cosas sucederán de cierta forma, pero no fue así. A la semana de regresar de México, la pequeña entró por primera vez al colegio, toda esa semana previa tenía el corazón hecho pasa, me desgastaba pensando en lo difícil que iba a ser para ella desprenderse de mamá el primer día, “lo que llorará la pobre” pensaba. La noche antes de su primer día le leí el cuento de “Elmo va a la escuela” tratando de suavizar lo más posible su ansiedad por la separación. No dormí nada esa noche. Amaneció, a desayunar, a ponerle su uniforme y como toda momarazzi que soy a tomarle unas 13242 fotos. Nos subimos al carro, llegamos al colegito, se acerca la maestra, la saca de su asientito, de lo más tranquila me dice bye bye y se va feliz, sin llorar, qué bueno que no lloró, pero me preocupé toda una semana, no dormí la noche anterior por eso?!. La niña no lloró, pero la mama se fue de regreso a casa todo el camino llorando por las dos.

Regresando a las lecciones que la maternidad me dio en las montañas nevadas, al ver que la pequeña definitivamente no le gustó la nieve y aprovechando que los abuelitos se la querían disfrutar, papá y mamá se fueron a esquiar. Iba feliz, recordando mis años de preparatoriana cuando iba con mis amigas los fines de semana a esquiar a un lugar que quedaba cerca del colegio. Nos pusimos el equipo, subimos en el lift, y al comenzar a descender, en lugar de disfrutar el aire frío, comencé a pensar en todos mis deberes que tengo como mamá, y que, si me llegaba a caer y terminaba enyesada en cama, no iba a poder hacer. Siempre tengo la incertidumbre de si hago suficiente como mamá, pero en ese momento, cuando empezaron a pasar por mi mente todas las cosas que no podría hacer para la pequeña, me quedó claro que ser mamá si es bastante trabajo. Y reafirmé que cuando te conviertes en mamá todo cambia, todo, hasta la manera de hacer alguna actividad de entretenimiento, y más si ésta implica algún riesgo. Cuando esquiaba de colegiala, disfrutaba la velocidad, me encantaba sentir el viento frío en la cara sin ponerme a pensar en las consecuencias, pero hoy todo es distinto, porque ahora hay una pequeñita que depende completamente en papá y mamá, pero que nos trae tanta alegría que hace el que ya no sea tan aventada como antes sea algo sin importancia.

Disfrutamos los días en la nieve, con la familia, los abuelos se gozaron a la pequeña y ella a ellos ni se diga. Y llegó la hora de regresar a casa, de volver a la rutina, de poner en orden a la pequeña que venía bastante mal acostumbrada al consentimiento de los abuelos. Empezamos también con rutinas nuevas, la pequeña entró al colegio y yo a la universidad, pero esta vez como profesora, empecé a dar clases dos días a la semana. Después de enrutinarme nuevamente me pasó algo curioso, al tener a la pequeña fuera de casa volví a tener algo que había perdido hace buen rato, tiempo, tiempo para mí. Perfecto! Pensé, podre aprovecharlo para retomar el blog, prendía la computadora pero no me salía nada, el sentimiento de vacío que había dejado la pequeña me tenía tan triste que no me dejaba ni pensar. Pero al ver lo contenta que regresaba del colegio, cambio mi estado de ánimo y decidí aprovechar “mi tiempo”, y qué mejor que con este espacio que me disfruto tanto y extrañaba mucho también. Bueno se me acaba mi tiempo, ya casi es hora de ir por la pequeña, hasta la próxima entrada 😉

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Me cansé de verme siempre igual- Cambio de look

Somos mamás y definitivamente esa faceta es nuestra prioridad, pero de vez en cuando debemos darnos un tiempo para nosotras, y sobre eso quiero contarles hoy.

Al parecer casi ninguna mujer está conforme con su cabello.  El mío es lacio lacio y muy delgado, seguido me dicen “que agusto que no tienes que alaciarlo, me gustaría tenerlo así” y  yo solo pienso, si supieran lo latoso que es poder mantener algún peinado con un cabello así.  Si me llego a hacer una cola, a las pocas horas ya estoy toda despeinada  porque el cabello tan delgadito es como mantequilla, se derrite.  Por eso siempre lo traigo suelto y siempre me veo igual ¡que aburrido!

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Un día checando Pintrest vi este corte y lo guardé en mi carpeta de “algún día”

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Expectativa.

No es como si tuviera el cabello larguísimo, pero aunque solo lo tenía hasta los hombros,  si me hacía ese corte, significaba un cambio radical por que nunca lo había tenido tan cortito.  Por eso mismo no quise hacerlo impulsivamente y me tomé mi tiempo para pensarlo.  Y eso fue exactamente lo que hice pensar: ¿y si me lo hace alguien que no sepa? Pudiera quedar como víctima de campo de concentración, parecer como si me lo hubiera mordido un burro o que me confundan con hombrecito.

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Miedo a que esto fuera la realidad.

Por eso busqué hasta que di con un salón donde, desde que entré me dio confianza y me hizo sentir que estaba en buenas manos.  Al pasas por un pasillo repleto de diplomas de todas partes del mundo “bueno quien me cortará está preparada” pensé aliviada.  Pase a la sala de espera y me encontré con esta frase:

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¡Exacto!  Si estoy cansada de verme siempre igual, si no estoy agusto con mi apariencia ¿por qué no hacer algo al respecto?, cambiar mi cabello es la respuesta, pensé.  Me gustó la ambientación del salón, eso también es importante porque ¿qué confianza pudiera darme alguien que se encarga de la imagen de los demás, pero descuida su propia imagen?  Llegó la chava que me iba a cortar, le enseñe la foto que tenía en el celular, examinó mi forma de cráneo y  tipo de cabello, explicándome que aunque nos guste un corte, no quiere decir que nos quede, pues depende de la forma y tipo de cabello que tengamos.  Por suerte mi forma de cabeza y cabello si podía funcionar y nos dirigimos al lugar donde me iba a cortar.  Al sentarme, pegada en el espejo encontré esta frase:

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Comenzó a cortar, pedazos de cabello de 15 cm de largo comenzaron a caer al piso, ¿Qué hice? Pensaba mientras veía caer los mechones al suelo.

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Ya era demasiado tarde para salir corriendo, pero la verdad ni quería, me sentía tranquila, si acaso un poco ansiosa por ver el resultado final que afortunadamente me gustó.  Al inicio del corte no comprendí la frase de Chanel pegada en el espejo “una mujer que corta su cabello esta por cambiar su vida”, pudiera parecer algo banal, pero es algo un poco más profundo, un cambio de look, un corte te cambia, no solo físicamente sino también tu actitud, si el resultado final te gusta, te da seguridad.

Si estás cansada de verte siempre igual y quieres un cambio yo te animo a que te avientes y lo hagas, vale la pena, total el cabello siempre crece.  Y si decides hacerlo te recomiendo que veas varios looks hasta que encuentres uno que te encante, y ponte en buenas manos, en Guatemala te recomiendo Social Statement Salon.

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Ser mamá de un toddler no es nada fácil (pero podemos hacerlo un poquito más sencillo)

¡Hola! Ya las extrañaba, pero se me ha complicado un poco el sentarme a escr¡perdón! ahorita regreso… ya está, es que la pequeña se estaba comiendo una Crayola.  Ahora me pide que la siente aquí conm3lpñq02lawn otra vez disculpen es que al verme teclear ella también quiso hacer lo mismo.  La bajo explicándole que no debe golpear así el teclado, se echa al suelo a llorar desconsoladamente. Tengo que levantarme para cambiarle el tema distrayéndola con otra cosa.  Creo que solo me queda la opción de escribir de noche, pero cuando por fin llega la hora de acostar a la pequeña yo quiero hacer lo mismo porque ¡termino exhausta!

También he estado un poco desconectada porque he tenido el conflicto mental de ¿cómo puedo escribir en «Soy feliz, soy mamá», si últimamente no he estado muy feliz?.  Si, a pesar de tener tantos motivos por los cuales ser feliz, estos días he estado un poco decaída, porque aunque ser mamá es maravilloso, también es ¡muy difícil!

No es nada fácil tratar de ignorar un berrinche, o evitar el no sentirte culpable cuando se cae y se golpea.  El tener la intención de que coma sano, y que se niegue rotundamente a comer verduras.  El no poder comprender lo que te pide desesperadamente con palabras de su autoría, o intentar convencerla de que es mucho más divertido jugar con sus juguetes que el abrir y sacar las cosas de los cajones.  No es fácil, lo que es fácil es dejar que esto te agote y te convierta en una mamá gruñona y amargosa, justo lo que NO quiero ser.  A mí me gustaría disfrutarme la maternidad,  volviendo a ser una mamá feliz, y creo que lo he logrado gracias a estos puntos.

1.-  Comprender que son los comportamientos normales a su edad. Por más que quisiera que la pequeña  se porten excelente, tengo que entender que los niños de esa edad (18 a 36 meses),

  • Creen que son el centro del universo, y quieren las cosas de inmediato.
  • Tienen dificultades a la hora de esperar y se frustran con facilidad.
  • No saben controlar emociones como el enojo y la frustración.
  • Todavía no saben usar palabras, y usan berrinches para mostrar lo que sienten.
  • Están probando los límites de su poder frente a sus padres.
  • Están todavía aprendiendo a comportarse en sitios públicos.

Es recomendable que cuando el pequeño esté montando tremendo berrinche, se mantenga la calma, ignorando el comportamiento para que se de cuenta que con eso no logra nada e intentar cambiar de tema distrayéndolo con otra cosa.  No es sencillo, pero si ayuda el comprender que es algo normal paro un niño de esa edad.  El leer e informarte son buenas herramientas, sobre todo para personas aprensivas como yo, que algo como un berrinche me afectó al grado tal de terminar con una quiropráctica para que me destrabara la espalda,  eso nos lleva al segundo punto.

2.-  Tienes que cuidarte a ti misma, para poder cuidar de los demás: Quizás el yo mamá nos ha absorbido tanto que nos hemos olvidado del yo mujer, esposa, amiga, profesionista y la que disfruta de algún hobby, como en mi caso, el ser mamá bloguera.  Es importante mantener el equilibrio.  Por más cansadas que terminemos al acostar a las criaturas, tenemos que disfrutar un tiempo con nuestro esposo, haciendo actividades relajantes como ver alguna película por ejemplo.  Nosotros el jueves vimos “ Una Noche para mamá”  con la que no pude evitar sentirme identificada, pues trata de una mamá que se describía como “emocionalmente estresada”, al final de la película su esposo le explica de esta manera, la importancia de cuidarse a sí misma “¿sabes por qué la aeromoza en el avión dice que en caso de emergencia primero te pongas tú la máscara de oxigeno y después asistas a los niños? Porque no es posible que ayudes a alguien más, si tú no estás bien”.

No descuides tampoco a tus amigas, es importante  salir a platicar, especialmente con las que están en tu misma situación, porque con ellas puedes desahogarte, pues te comprenden perfectamente y además ayuda mucho sentir el apoyo de quien está pasando por lo mismo.

3.-  Comprender la importancia de tu trabajo: Existe esa complicada  dualidad de querer tanto a una personita y al mismo tiempo, ser quinen debe regañarla cada vez que hace algo indebido, pues es nuestra responsabilidad formarlos para que no sean unos mounstrilios malcriados, enseñándoles pacientemente lo que es y no es permitido. Y aunque no es una tarea sencilla tenemos que tener en cuenta que:

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4.-  Escoge tus batallas: Aunque la educación de los pequeños es nuestra gran responsabilidad, no debemos de enfocarnos solamente en ello, siendo unos gendarmes reprendedores todo el día (me declaro culpable de haberlo hecho y es sumamente desgastante!).  El repetirme esta frase “Escoge tus batallas”, varias veces durante el día me ha ayudado mucho a ver qué cosas son las que realmente valen la pena y ser firme ante éstas; por ejemplo si está rayando un mueble, se le explica que eso no se hace y aunque se enoje, eso es algo que no se debe hacer y punto.  Si después de eso salen al jardín y comienza a deshojar una flor es momento de repetir la frase “escoge tus batallas”  ¿en verdad vale la pena desgastarme con un berrinche por esto? ¡no! Así que solo le explico que no deben de cortarse las florecitas, son bastante listos y comprenden más de lo que creemos.

5.-  Preocúpate en su momento Esta frase me la dijo mi esposo cuando le contaba que me daba mucha tristeza imaginarme a la pequeña cuando fuera a la escuela, “es que la inocente no conoce maldad y hay tantos niños bullys malos con los que se va a enfrentar” “preocúpate de eso en su momento” me contestó tranquilamente.  ¡Tiene toda la razón!, no solo tengo las preocupaciones reales si no encima de eso me ando inventando cosas que todavía ni suceden.  Quizás cuando llegue el momento, la pequeña me sorprenda con una maravillosa habilidad para defenderse, y yo que me anduve preocupando tanto tiempo en balde.

En relación a este punto en  Happify un sitio donde se usa la ciencia para ayudar a vivir de manera más feliz, dan varias sugerencias para dejar de tener pensamientos negativos (según esta página tenemos de 40,000 a 60,000 pensamientos negativos cada día!)

6.-Divertirnos como niños: Si un toddler tiene un potencial dramático impresionante, pero también demuestra su alegría con la misma intensidad, riendo con dulces carcajadas contagiosas.  Se maravillan con las cosas más sencillas, una flor, un perro una fuente.  Se goza un paseo en carro o un viaje al supermercado, y no hay nada más divertido que ver a un pequeño divirtiéndose.  Y al verle su encantadora sonrisa, todo, el cansancio, el pasar uno a segundo plano, las preocupaciones, todo, vale la pena por verla sonreír.

Les repito una frase que ya había mencionado en “Sobre mí “ pero es tan buena que vale la pena repetir “Al final, yo soy la única persona que le puedo dar a mis hijos una madre feliz que ame la vida”. Janene Wolsey Baadsgaard ¡Seamos felices queridas mamis! tenemos muchos motivos para serlo, uno de los principales es aquella pequeña personita que es súper aprensiva a nuestro estado de ánimo, y nos esta observando e imitando, pues somos su gran ejemplo.

¿Y tu también viajas en el tiempo?

Mi hermana es quien me mantiene “in” pasándome tips de las apps que están de moda, Timehop fue una de sus últimas recomendaciones.  Me encanta porque es como una máquina del tiempo que diariamente te recuerda lo que publicaste ese mismo día, en años anteriores.

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En estas regresiones, me sorprendo al ver todo lo que mi vida ha cambiado en los últimos cuatro años, cuando publicaba quejas sobre el caótico tráfico de la Ciudad de México, y del estrés de trabajar abriendo las tiendas de Best Buy México. Y aunque planificar y llevar a cabo el montaje de aquellas tiendas tan grandes, y pasar horas en el tráfico, era bastante estresante, al leer aquellas frases no puedo evitar pensar “querida, todavía no conoces lo que es el verdadero estrés”.

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Y aun que Timehope es una máquina del tiempo solamente con el botón de REW<<, eso no es problema, porque la capacidad de viajar al futuro es un súper poder que adquieres al convertirte en mamá. Creí que era solo yo la preocupona que “agarraba monte” viajando del presente al futuro en cuestión de segundo, por simples hechos como estar tranquilamente con la pequeña viendo alguna caricatura, cuando de la nada me entra un cargo de conciencia tremendo, ¿no debería de estar haciendo algo que la estimule?, y una cosa tan sencilla como una caricatura, se convierte en la causa por la cual la pequeña no podrá entrar a una buena universidad. Pero al platicar con otras mamás pude ver que no soy la única que se preocupa por adelantado, nos reíamos compartiendo anécdotas de estos viajes en el tiempo: Una amiga me contó que cuando estaba embarazada, su esposo se desmayo, y mientras recobraba el conocimiento, ella lloraba desconsoladamente por que tendría que criar a su hijo sola.  Y llego a visualizar aquel pequeño nonato como todo un adulto que había crecido sin su padre.

Creo que mi colmo fue anoche, cuando al ver este vídeo de un papá que le canta a su hija que cumple quince años,  ¡no pude dejar de llorar! me imaginaba a la pequeña, convertida en toda una señorita. Si, solo faltan 14 años para esto, pero con lo rápido que ha crecido, siento que mañana se va al kínder y pasado mañana ya le estaré cantando por favor “No crezcas más”.

La fortuna de tener amigas «vitalicias»

Hoy me desperté en mi recámara de cuando era niña en casa de mis padres, en Cd Obregón al noroeste de México, y espero, por que les escribo desde el avión, irme a dormir en mi casa con mi esposo e hija en Ciudad de Guatemala. No siento que sólo viajo de un lugar a otro, sino como que también estuviera viajado en el tiempo.
Este fin de semana se casó una de mis mejores amigas, la conozco a ella y al resto de mi grupo de amigas desde que estábamos en primero de primaria.

Todas somos diferentes está la payasita que nos mata de la risa, la seriecita, la ocurrente, la despistada, la ejecutiva, la que párese candidata presidencial que conoce a medio mundo, y la «Martha Stewart» que hace las mejores recetas y es buenísima para las manualidades. Pareciera que no tenemos nada en común, pero si tenemos, y es algo muy especial: una vida de anécdotas que siempre recordamos cuando estamos juntas. Con ellas he multiplicado mis alegrías y dividido mis tristezas, hemos llorado de la risa y me han sacado sonrisas después de llorar en los momentos tristes.

Viaje sola, la pequeña se quedo en casa con papa. No puedo decir que este fin de semana deje de ser esposa y madre por que siempre los tengo presentes, pero si me sentí como si hubiera vuelto a ser esa adolescente que se sentía feliz cuando estaba con sus amigas, como si no hubiera pasado el tiempo. A pesar de que cada quien tomó caminos distintos, que vivimos en lugares diferentes, cuando volvemos a reunirnos se siente como si nunca hubiéramos dejado de estar juntas. Quizás a diferencia de algunos kilitos y arrugitas (lo digo por mi) siento que estamos igualitas, no sólo físicamente si no de forma de ser. Seguimos riéndonos de las mismas tonterías y platicamos tan agusto, como si nos viéramos todos los días.
Lo que recuerdo del día de mi boda, además de la gran alegría de casarme con el amor de mi vida, es que es un día muy especial por que toda la gente que quieres esta reunida en el mismo lugar. Por eso tenía que estar presente en la boda de mi amiga. Ver a alguien que quieres, tan feliz el día de su boda es súper lindo y alegre, por eso, además de los novios y su familia, hay alguien más que se goce la fiesta tanto como las amigas de la novia? Bailamos sin parar hasta las cuatro de la mañana.

Me regreso con un sentimiento agridulce, feliz por haber estado presente en este gran reencuentro en un día tan especial, pero con la nostalgia de pensar que si esta fue la última boda, volveremos a estar todas juntas otra vez?  Se acabaron las bodas, ya no vamos a tener pretexto para juntarnos, así que tendremos que
inventarnos uno.

Las quiero mucho amiguitas! Gracias por una vida de amistad, por que lamentó informarles que, se dice por allí que si una amistad dura más de siente años, es altamente probable que dure toda la vida, así es que como ya pasamos los siete años hace mucho tiempo, pues las estadísticas dicen que me tendrán que aguantar el resto de sus vidas 😄😄😄😘

Había una vez…. La importancia de contar cuentos (con un twist muy original)

Me fascina encontrar cosas originales, creativas para niños y poder compartirlas con ustedes.  En está ocasión les tengo una muñequita “transformer”, que incluye los tres personajes del cuento de Caperucita Roja: Caperucita, su abuelita y el lobo ¡todo en una sola muñeca!

Me gusto mucho porque está hecha por creativos artesanos Guatemaltecos y sobre todo porque es una útil herramienta para una actividad muy importante que puedo hacer con la pequeña: Contarle cuentos.  ¿Sabes cuales son algunos de los beneficios de contarles cuentos a tus hijos?

  • La hora de los cuentos es un momento especial para tu  pequeño y para ti, que recordaran por siempre.
  • Al ver las imágenes en los libros aprenden nuevas palabras, también pueden aprender números y tamaños etc.  Por ejemplo del cuento de Ricitos de oro y los tres Ositos, pueden aprender que había tres osos, papá oso uno, mamá oso dos y bebe osito tres.  También sobre cosas como pequeño y grande, dentro, fuera.  Aprenden todo esto sin darse cuenta, mientras disfrutan del cuento.
  • Los cuentos ayudan al desarrollo de la imaginación de los niños.
  • Al verte leerles un cuento de un libro les fomentas el hábito de la lectura.
  • Alguna noche también puedes inventarles algún cuento, pidiéndoles su ayuda, o contarles el cuento de “cuando mamá era niña” el saber sobre su pasado les da un sentido de pertenencia, seguridad y esto aumenta su autoestima.
  • Hay cuentos que pueden ayudar a enfrentar algunos miedos que tengan los pequeños.
  • Un momento especial para contar cuento es antes de dormir, puede ayudar a tu pequeño a querer ir a la cama, disfruta estar cerca de ti y a relajarse antes de dormir.

Si te gusto la muñequita la puedes conseguir aquí

Visita a la sala de urgencias, parte inevitable de ser mamá

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Después de poco más de una semana retomo nuevamente la escritura, pues para mí el escribir depende mucho de mi estado de ánimo.  Si hay algo que me entristece, que me preocupa, nomás no me fluyen las palabras.  Además,  cuando inicié el blog pensaba que como hay tantas cosas tristes allá afuera: guerras, violencia, injusticias, etc. Solamente iba a hablar sobre cosas felices en este espacio. Hablando por ejemplo, sobre la mayor felicidad que he conocido: el ser mamá.  Pero la realidad es que también el ser mamá ha implicado para mí conocer  la mayor preocupación y angustia que he sentido en mi vida, ver a mi hija sufrir dolor.  Y de esta forma comprendí que no puedo compartir mi experiencia sobre la maternidad hablando solamente de una parte, los momentos felices, pues también los momentos difíciles forman parte de ser mamá.

Hace una semana cuando pensé que había llegado mi esposo a casa, como a la pequeña le emociona mucho recibirlo, salimos, yo a asomarme a la cochera para ver si en verdad había llegado, mientras la pequeña emocionada esperaba sosteniéndose del marco de la puerta.  En eso una fuerte ráfaga de viento azotó la puerta.  Se escuchó el  golpe seguido por llanto.  Pensé que lloraba por el susto del ruido tan fuerte, pero al voltear a verla, la encontré con su carita llena de dolor y su manita ensangrentada, desesperada abrí la puerta, le lavé la manita y al ver que el sangrado no paraba, asustada pensé -esto es serio-, le envolví su manita en una toalla y salí corriendo  al hospital que queda cerca de la casa; por suerte al salir me encontré con mi esposo y en menos de un minuto estábamos ya en urgencias.

Al enterarse nuestros familiares y amigos de lo ocurrido las llamadas y mensajes llenos de palabras de ánimo no pararon de llegar.  Así como las historias de niños que habían pasado por situaciones similares, o en algunos casos, peores.  Y al escuchar tantas historias me quedé pensando ¿será que visitar la sala de urgencias es parte inevitable de ser mamá?

Cuido a la pequeña de tantas cosas, las escaleras, objetos puntiagudos, o pequeños que pudiera tragar, tantas cosas que para mi implican peligro, pero ¿la puerta? eso nunca fue para mí algo que me preocupara, claro si la veía queriéndola cerrar, salía volando a detenerla, pero al verla paradita esperando con emoción la llegada de su papá, conmigo a unos pasos de distancia, no pude imaginar lo que estaba por pasar.  La vi feliz y de un momento a otro llena de dolor.  Quiero dejar ir ese momento, quizás estas líneas me sirvan de catarsis, y también, para evitar que le ocurra algo similar a otros niños.

Les comparto estos protectores de chapas que ya puse en su cuarto y donde ve televisión

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Estas puedes conseguirlas en Probordados

Hagamos todo lo que está en nuestras manos para proteger a nuestros pequeños, pero debemos comprender que si  a pesar de todos nuestros cuidados, se llegan a lastimar, son cosas que pasan, no es nuestra culpa y que los niños se recuperan increíblemente rápido.

Pd:  Si desafortunadamente tienes que visitar la sala de urgencias, te recomiendo un lindo detalle que puedes hacer días después cuando regrese la calma.  Tomate un tiempo para llevarles algún detallito, como galletas o donas, a los héroes que se encuentran salvando vidas en la sala de urgencia.

Centenario de mi abuelo: Reflexión sobre nuestra vida moderna

Ayer mi abuelo cumplió cien años, y por vivir tan lejos me perdí el festejo, pero gracias a la tecnología por un momentito pude sentirme presente al marcarles por FaceTime y poder ver y saludar a toda mi familia que se encontraba feliz bailando en plena celebración.  Y cómo no estarlo pues nuestro abuelo cumplía ¡CIEN años!

¡Cien años! Eso significa que nació cuando comenzaba la primera guerra mundial, a sus 23 años Amelia Earthart se perdió en el pacifico y cuando tenía  27 ocurrió el bombardeo a Pearl Harbor;  la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki explotó a sus 31; cuando el hombre llegó a la luna por primera vez  tenía 55, 75 cuando cayó el muro de Berlín y 97 cuando salió el primer iPad.  Le tocó el nacimiento y muerte de Martin Luther King, JFK,  John Lennon, Pedro Infante y Nelson Mandela.  Nació  junto al jazz y le tocó bailar boogie woogie, big band, swing, rhytm and blues y rock and roll.  A lo largo de su vida han habido 23 presidentes de México,  9 papas y un sin fin de cambios de look de Madonna. Y tuvo la dicha de ver crecer a sus 5 hijos, 14 nietos y ha conocido a 21 bisnietos.

Su centenario me hizo reflexionar sobre las diferencias entre lo que le tocó vivir a él en su infancia y lo que le tocará  vivir ahora a mi pequeña.  La diferencia es ENORME, ya que los más grandes avances de la humanidad han ocurrido en los últimos 50 años.  Toda la tecnología que tenemos hoy en día (computadoras, internet, celulares, electrodomésticos,  en la medicina etc) no existían cuando era niño, pero ¿será mejor el futuro que el pasado?

Mi abuelo creció sano y con una gran memoria  a pesar de no haber sido estimulado con flashcards ni Baby Einstein.  Gracias a la falta de TV y videojuegos le tocó jugar afuera con sus hermanos y amiguitos del vecindario a las escondidas o los encantados.  Eran los años de la gran depresión, no había tanto consumismo, y con suerte cada niño  tenía un solo juguete, pero no les hacían falta más pues usaban su imaginación al ver una caja como un carrito o al hacer una hoja de un árbol volar como un ave.

Pero lamentablemente ahora todo eso se ha perdido, los niños ya casi no salen a jugar afuera, ni en grupo, los juegos son cada vez más individuales y estáticos.  Con tanto consumismo se entretienen pocos minutos con un juguete y si éste implica un esfuerzo, prefieren pasar al siguiente sin mayor trabajo.  Y no es que he decidido volverme Menonita y esté en contra de la tecnología, pues gracias a ella pude estar un momentito presente en el festejo de mi abuelo a 32,434 Km de distancia, y también puedo compartir con ustedes estas líneas.  Claro que le pongo Baby Einstain a la pequeña y le bajo las apps que considero más educativas, pero intento que juegue con ellas ocasionalmente y por poco tiempo.  E intento que realice actividades al exterior donde desarrolle su movilidad.  Esperando así que en un futuro sepa apreciar todas las cosas y no solo las tecnológicas.

No conocí a la mamá de mi abuelo, mi bisabuela, me hubiera gustado poder platicar con ella y preguntarle cómo era la maternidad en aquel entonces, estoy segura que las diferencias entre las mamás de antaño a las de hoy  también han de ser enormes.  Y ya que nunca pudimos platicar no me queda más que imaginarme:

Creo que a pesar de que no tenían muchísimas de las cosas que nos hacen más cómoda la vida hoy en día, como lavadoras de ropa etc. han de haber sido mucho más relajadas.  Quizás todas estas cosas que tenemos ahora, nos facilitan tanto la vida que nos dejan mucho tiempo libre y por lo tanto más tiempo para pensar:

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Tal vez antes estaban más ocupadas sembrando sus hortalizas, pasando todo el día en la cocina o haciendo la ropa de los niños, y no preocupándose por si los estaban estimulando lo suficiente.  Tal vez vivían más el momento, sin tantas distracciones. ¡Qué suertudas! ¿no?

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La verdad es que nosotros también somos afortunados al poder disfrutar de todos los avances tecnológicos que existen hoy en día, pero siento que no debemos encadenarnos a estos artefactos que, aunque nos acercan a nuestros seres queridos, jamás podrán remplazar el calor de su compañía.  Que nos ayudan a distraer por ratitos a los pequeños, pero no son la mejor niñera para ellos.

Entonces ¿Que fue/sera mejor el pasado o el futuro? ni uno ni otro, lo mejor es ¡el presente!  Por eso intentemos desconectarnos de vez en cuando, para volver a lo básico y vivir el momento.

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El cumpleañero con CASI toda la famila (faltamos los foráneos)  ¡Felicidades Papachi! un beso

Otra vez, cambio de talla

Una vez más, al igual como lo hice cuando cambié su ropita de new born por la de tres meses, después la de tres por la de nueve, la de nueve por la de doce y la de doce por dieciocho, me encuentro guardando la que ahora ya no le viene para hacerle espacio a la de veinticuatro.  Como deja todo casi nuevo, lo guardo en contenedores de plástico, por si llega a tener hermanita 😉 y al ir guardando con nostalgia y sonrisas cada prenda me quede pensando en cómo vuela el tiempo.

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“Maternidad: Los días son largos, pero los años cortos” ¿apoco no es muy cierto?  pues al despertarme a las siete de la mañana con el llamado de la personita que grita ¡mami! desde su cuarto, doce horas después, me encuentro con dicha personita sin que muestre el más mínimo  indicio de cansancio, mientras que yo agotada, anhelo el momento en que caiga dormida para  poder hacer lo mismo.  Y aunque los días así se sienten larguísimos, al paso de tiempo, me doy cuenta que en realidad pasan muy rápido.

Me estrené como mamá y cuando menos lo pensé ya estaba planeando su primer cumpleaños.  Cuando llegó su primer año, los mensajes que recibía semanal mente de Babycenter. com donde me informaban sobre su desarrollo desde antes que naciera, casi me sacan lágrimas al ver como el título del mail había cambiado de “your baby this week” a “your toddler this week”  ¿en que momento había dejado de ser bebe?!

Al caer en cuenta de lo rápido que va creciendo, cómo se antoja desacelerar el tiempo, poderle poner pausa.  Lo más parecido a  eso es atrapar momentos con fotos.  Qué suerte que vivimos en estos tiempos donde se trae la cámara del celular en  todo momento.  Confieso haber cachado a la criatura haciendo alguna travesura y en lugar de pararla instantáneamente, antes le tomo una foto para compartir aquel momento chistoso con mi esposo y familia.  Y a pesar de que es la protagonista de las 1442 fotos en mi celular, cuando vi en las redes sociales fotos de una fotógrafa de moda, la contacté para pedir una cotización; cuando me la envio ¡me caí para atras al ver el costo por sesión! caaaarisimo  Conozco de fotografía, sé que hay mucho conocimiento y trabajo detrás de una buena foto, peeero no para pagar tanto.  Me acordé de mi cuñado que está planeando su boda y se sorprendió al ver los precios de un pastel de bodas, pues por el hecho de ser “bodoso” cuadriplican su precio en comparación a un pastel  regular.  Lo mismo pasa con el marketing emocional para padres, del cual intento no caer, o bueno caer lo menos posible 😉 pero siempre terminas comprando un monton de cosas que al final resultan innecesarias para el bebe.

Le pongo la tapa al contenedor donde guardé la ropita, al mismo tiempo que escucho a mi personita favorita despertarse de su siesta, en la cual se ha recargado para seguir descubriendo al mundo, sonrío al verla, pues soy afortunada de poder acompañarla en este descubrimiento, y aunque es agotador, es equivalentemente maravilloso.

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Abuelitos a larga distancia

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Una de las personas que más quise y admire fue mi abuelita Carmen, les conté de ella en el post Un legado, siempre vivimos lejos, ella en EEUU y yo en México, pero eso no fue impedimento para que fuera una de las personas más importantes en mi vida.  Mi hija tiene la fortuna de tener a sus cuatro abuelos, vivimos cerca de los paternos, convive mucho con ellos y los quiere mucho, pero vivimos muy lejos de mis papás.  Me consuelo al saber que, al igual que yo, mi pequeña pueda tener una relación muy especial con sus abuelos a pesar de la distancia, pero eso depende mucho de mí.  Saco provecho de la tecnología y cuando estamos en Guatemala, hablamos casi a diario con ellos por facetime.  Recuerdo cuando hablábamos con mis abuelos, teníamos que apurarnos por lo caro que salía la larga distancia, pero ahora tenemos la suerte de poder hablar tranquilamente ya que al ser gratis no hay límite de tiempo, así que podemos hablar de todo, de sus avances y travesuras que hace día a día, esto hace que crezcan los lazos de familiaridad que hacen no sentir tanto la distancia física.

Pero no existe tecnología alguna que pueda transmitir como se siente un abrazo, por eso cuando se puede organizamos reunirnos, mis papás fueron a Guatemala en navidad, y ahora nosotras venimos a visitarlos.  La pequeña los ha gozado y ellos a ella ni se diga, y yo feliz de verlos a todos tan contentos.  Me encanta que venga a sus raíces, que conozca su historia, la otra parte de donde viene.

El día de los abuelos se celebra en diferentes países con diferentes fechas, pero en la gran mayoría se festeja hoy, 26 de julio día de los santos: San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María y, por tanto, abuelos de Jesús. ¡Que gusto que nos toque estar aquí con los abuelos! Para festejarlos y aprovechar para decirles lo importante que son en la vida de la pequeña, a pesar de la distancia.

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