Abuelitos a larga distancia

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Una de las personas que más quise y admire fue mi abuelita Carmen, les conté de ella en el post Un legado, siempre vivimos lejos, ella en EEUU y yo en México, pero eso no fue impedimento para que fuera una de las personas más importantes en mi vida.  Mi hija tiene la fortuna de tener a sus cuatro abuelos, vivimos cerca de los paternos, convive mucho con ellos y los quiere mucho, pero vivimos muy lejos de mis papás.  Me consuelo al saber que, al igual que yo, mi pequeña pueda tener una relación muy especial con sus abuelos a pesar de la distancia, pero eso depende mucho de mí.  Saco provecho de la tecnología y cuando estamos en Guatemala, hablamos casi a diario con ellos por facetime.  Recuerdo cuando hablábamos con mis abuelos, teníamos que apurarnos por lo caro que salía la larga distancia, pero ahora tenemos la suerte de poder hablar tranquilamente ya que al ser gratis no hay límite de tiempo, así que podemos hablar de todo, de sus avances y travesuras que hace día a día, esto hace que crezcan los lazos de familiaridad que hacen no sentir tanto la distancia física.

Pero no existe tecnología alguna que pueda transmitir como se siente un abrazo, por eso cuando se puede organizamos reunirnos, mis papás fueron a Guatemala en navidad, y ahora nosotras venimos a visitarlos.  La pequeña los ha gozado y ellos a ella ni se diga, y yo feliz de verlos a todos tan contentos.  Me encanta que venga a sus raíces, que conozca su historia, la otra parte de donde viene.

El día de los abuelos se celebra en diferentes países con diferentes fechas, pero en la gran mayoría se festeja hoy, 26 de julio día de los santos: San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María y, por tanto, abuelos de Jesús. ¡Que gusto que nos toque estar aquí con los abuelos! Para festejarlos y aprovechar para decirles lo importante que son en la vida de la pequeña, a pesar de la distancia.

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Primeros pasos

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Ahora que doy mis primeros pasos en la blogsfera, coincido también con los primeros pasos de mi pequeña, y al igual como a ella le costó un poco soltarse al principio por miedo a caer y golpearse, a mí también se me dificultó un poco aventarme a comenzar, por temor a que nadie fuera a leerme. Pero gracias a herramientas como las estadísticas de la página que indican la cantidad de personas y los países donde te leen, me llevé una grata sorpresa al ver que si hay alguien más que se toma el tiempo de leerme.

Pude ver en la carita de mi pequeña cómo mis porras y palabras de ánimo, le daban la confianza y seguridad necesaria para dar paso tras paso. De la misma forma yo me lleno de ánimo al leer los comentarios de quien se ha identificado con algo de lo que he escrito.

Y así como ahora mi pequeña ya se soltó por que sabe que el caminar la lleva a descubrir mundos nuevo, yo también comienzo a disfrutar el maravilloso poder de la escritura, que lleva mis letras a tantos lugares tan lejanos e inimaginables y no solo a través de la distancia, sino también a través del tiempo, pues espero que algún día cuando mi pequeña sea mamá, pueda encontrar en estas líneas algo de utilidad.

Para ti que me lees a través del tiempo y la distancia ¡GRACIAS! porque me permites continuar con esta gran pasión que llena mi corazón.
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Soy yo, la mamá de la bebe que lloró durante el vuelo

Soy yo, la mamá de la bebe que lloró durante casi todo el vuelo, si aquella señora que volteaban a ver con ojos de pistola, a quien me decían con la mirada “mala madre atienda a su hija”.  Les voy a contar, no como explicación, porque no debo ninguna, mi hija aún es bebe y eso es lo que los bebes hacen, llorar cuando tienen algún malestar.  Lo que les voy a contar es algo que espero que le ayude a otras mamás que tengan planeado volar con bebes y también como compensación para aquellos pasajeros que se molestaron con su llanto, esperando que estos consejitos les ayude cuando tengan hijos, porque seguramente aún no tiene, pues de tenerlos hubieran comprendió sin ser tan prejuiciosos.

Este es el tercer vuelo para mi pequeña, la primera vez fue a los dos meses, lo que me preocupaba aquella ocasión era que cuando tenía hambre lo hacía saber con un gran llanto, así que me preparé para que al notar los primeros síntomas de hambre, tener lista su lechita.  Me ayudó mucho que nunca la acostumbré a tomar la leche caliente, siempre fue a temperatura ambiente.  Eso hizo todo mucho más práctico.  Fue una excelente pasajera.

Su segundo viaje fue a los diez meses, aquí me preocupaba que no fuera a quedarse quieta durante el vuelo porque ya sabía gatear, pero con una buena dotación de juguetes logré distraerla y una vez más fue una gran viajera que se ganó a los demás pasajeros a quien les decía bye bye al bajar del avión.

En esta ocasión, a su año dos meses, aunque ya me había demostrado que no valía la pena que me preocupara, el hecho de que ya sabía caminar y sería un viaje de dos vuelos, con una escala de seis horas, un viaje de 12 horas en total, me preocupaba un poco, pero me preparé lo mejor que pude:

Para el primer vuelo, dejé que se cansara en la sala de espera, caminó por todas partes explorando cada rincón del lugar, se subió y bajó de las sillas y socializó con su compañero de al lado, quien la entretuvo jugando avioncito con su piecito y otros juegos, sin que la pequeña tuviera la más mínima idea de que se trataba de un famoso personaje de la política nacional.

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La pequeña con su nuevo amigo Cuauhtémoc Cárdenas

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Jugar en la sala de espera para dormir en el vuelo ¡perfecto!

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Llevar una buena dotación de apps para bebes es una gran herramienta que da mucho tiempo de distracción. 

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También es buena idea llevar una variedad de snaks

En un día de viaje el único itinerario importante es el de los vuelos, el del niño no tanto, no está en su casita con sus cosas a las que está acostumbrado, así que no es recomendable seguir un estricto horario, si quiere comer que coma.  Con mayor razón lo que tome, volar deshidrata así que si quiere tomar más biberones con jugo o agua de lo que acostumbra mejor.  Y si los toma al despegue o al aterrizaje ayuda a que no le duelan los oídos.

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Si se tiene que esperar varias horas de escala hay que ir bien preparados

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Supuestamente la carreola es para la bebe, pero el verdadero uso es para retacarlo de tooodas las cosas necesarias para ella.  Yo aprovecho todo los compartimentos que tiene, y hasta le añadí un gran gancho para poder colgar cómodamente la pañalera.

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Libros de cuentos, para colorear, juguetes pequeños que no sean ruidosos para que también se pueda usar durante el vuelo, son alguna de las cositas que le puedes llevar para distracción

En una espaciosa esquina no muy transitada, armamos nuestra área de juegos.   Después de entretenernos allí un buen tiempo al comenzar a notarla desesperada, levanté todo,  la subí a la carriola y nos entretuvimos paseando y entrando a todas las tienditas. Ese es otro buen rato de entretenimiento, hasta que nuevamente comienza a desesperarse, momento para la siguiente actividad, soltarla a que camine.  Para esto es muy recomendable un buen arnés, pues como tú estás con todas las cosas, la criatura no sale disparada, sino que explora dentro de tu misma circunferencia.

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Y después de caminar un buen rato comenzamos nuevamente, armar zona de juegos, paseo en carriola, caminar, así hasta llegar la hora de abordar.

Pero por más preparada que vallas, un viaje tan largo es agotador, pesado para un adulto y con mayor razón para un bebe.  En el segundo vuelo le di jugo al abordar y se quedó dormida antes del despegue, durmió una media hora, después se despertó irritada, en esta ocasión nada funcionó, ni el ipad lleno de apps, ni los snacks, ni el juguito nada, todo empeoró cuando comenzamos a descender, en ese vuelo se sintió más de lo normal la despresurización, la pequeña se agarraba sus oídos y lloraba con notable dolor.  En esos momentos recordé lo que me dijo mi esposo, un gran consejo que me ayudó mucho porque sabe lo nerviosa que soy, “se que harás todo lo posible para que la niña no llore durante el vuelo, pero si llora, no te preocupes, solo es una bebe”.  Lo que no podía evitar era sentir gran tristeza al ver que mi pequeña sentía dolor, es muy frustrante, dan ganas de ponerte a llorar junto con ella, y encima de eso tienes la mirada de descontento de algunos pasajeros.  Pero afortunadamente cuando se acaba el vuelo se acaba el llanto.  Bajamos y vemos en la sala de espera a mis padres, los abuelitos y a pesar del agotamiento físico y emocional me digo al verlos «todo valió la pena”

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No es fácil ser bebe

Mi esposo me mandó este artículo “5 Reasons Modern-Day Parenting Is in Crisis, According to a British Nanny‏”  donde  la autora, Emma Jenner, habla sobre los mayores problemas que enfrentan los padres hoy en día.  Varios puntos llamaron mi atención, en especial donde habla sobre los berrinches.  Dice que si el niño quiere hacer berrinche, que lo haga, pero que por ningún motivo se le conceda lo que pide solo para que deje de berrear, porque lo que el niño aprendería sería:  hago berrinche y así consigo lo que quiero.

Terminando de leer el artículo volteo a ver a mi personita favorita que para no variar se encontraba al lado mío.  Se había quitado su zapatito y lo estaba mordiendo de lo más tranquila.  Inmediatamente me lanzo sobre ella para quitarle el zapato explicándole que es algo sucio que no se mete a la boca,  claro está que no me  entendió nada, y estalla en llanto.  Como tenía el articulo fresquecito, me repetía a mí misma, “no cedas, tiene que saber que haciendo berrinche no gana nada”

Mientras veía sorprendida aquella dramática muestra de descontento, descubrí, al fondo de aquella boca completamente abierta, unas afiladas muelas que se asomaban entre sus encías.

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¡A mi pequeña le estaban saliendo las muelas! y había encontrado al morder su zapatito, un momentáneo alivio a aquel dolor tan fuerte.  Y mientras yo pensaba, no cedas al berrinche, seguramente ella pensaba “por qué mi mamá me quitó eso que me estaba haciendo sentir alivio”.  Pero al no poder hablar, se expresó como sabe, con llanto.

Y recordé una parte del libro “Gritos y Susurros” donde Rossana Fuentes- Berain relata la angustia y frustración que sintió al no poderse comunicar cuando se perdió en el metro en Japón “…El conserje del hotel me entregó un papelito con la dirección exacta.  Me explicó cuántas paradas de Metro tenía que recorrer y cómo, al llegar a la estación específica, bastaría con caminar una cuadra a la derecha, mostrar a algún transeúnte lo escrito y ¡listo!  Tal cual, llegué al Metro.  Conté meticulosamente 12 estaciones.  Bajé, caminé una cuadra, enseñé el papelito y nada.  Uno y otro transeúnte trataban de darme indicaciones que yo no comprendía.  Volví a la estación.  No tenía idea dónde estaba.  No podía leer las indicaciones, por que los señalamientos estaban en caracteres japoneses y no había iconos reconocibles.  Vamos ¡no entendía ni una palabra!  Nada.  Súbitamente estaba convertida en una analfabeta.  El miedo empezó a invadirme.  Ni siquiera sabía cómo regresar al mundo del alfabeto…”

Y es hasta que vemos una situación como esta, cuando nos damos cuenta lo dependientes que somos del lenguaje y en el estado tan vulnerable que se encuentra quien no tiene la habilidad de poderse comunicar.

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Quizás la vida de un bebe que come, juega y duerme, nos pareciera de lo más relajada, y la verdad es que si lo es, pero también el no poderse comunicar, ha de ser muy frustrante y nada fácil.  Entonces, es aquí cuando nuestra labor como mamás tiene que tener otra función más, la de traductora de llantos, y aunque es sencillo diferenciar un llanto: por cansancio, por hambre, dolor.  Cuando se complica un poco más es cuando más bien es un berrinche, y es en estos casos donde tenemos que ponernos en su lugar y tratar de comprender el porqué, y quizás sea algo sencillo que podamos solucionar rápidamente, como en el caso que mencioné del zapato, cambiárselo por algún juguete suave que también hubiera podido mordisquear para aliviar un poco su encía.  No es fácil, tenemos que tener paciencia y cuando de plano no logremos descifrar el motivo del llanto, respirar profundamente pensando “esta es una fase que pronto pasará” ¡ánimo!

¡Es Niña!

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El sábado viajamos a visitar a mis papás.  Estoy tan emocionada que ya he comenzado a ver qué ropa voy a empacar para la pequeña, lo tengo que ver con tiempo pues la diferencia de temperatura entre Guatemala “la ciudad de la eterna primavera” y los calurosos días veraniegos sonorenses (que llegan casi a los 50 grados) es tanta que quizas necesite adaptar un poco su “vestimenta” .

Así que abrí el armario donde esta colgada su ropita y al encontrarme frente a aquel guardaropa con toda la variedad de rosas existentes recorde cómo nos habíamos sorprendido cuando el doctor al hacerme el ultrasonido nos decía: ¡es niña!

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Chocolates que regalamos en la fiesta de revelación de género, donde les dimos la noticia a toda la familia que era niña.

A mi esposo le preocupaba no saber si podría jugar con ella, ¿será que le gustará jugar futbol o golf conmigo? (quien le iba a decir lo mucho que disfruta jugar con ella ahora!)  A mí, que la pobre andaría toda despeinada por que no sabría cómo peinarla, además, no me gustaban los moños y mucho menos el color rosa.  Pero desconocia los super poderes que una adquiere al momento de convertirse en madre, esos como el de cambiar un pañalito premiado sin el más minimo sentimiento de asco, un acontecimiento que antes de ser mamá hubieras creído imposible, pues cualquier cosa mal olienta me provocaba náuseas.  De  igual forma, junto con la maternidad vino un gusto adquirido por todo lo rosa, olanes, y moños.

En mis últimos meses de embarazo disfruté mucho comprar junto con mi mamá todas las cositas para la niña.  Para los accesorios fui a una tienda en Cd. Obregon, “Little Girls Dress Shop” cuando entré y vi su sección de banditas para la cabeza y su gran variedad de moños, Frank Sinatra comenzo a cantar en mi cabeza (signitos musicales) “Heaven, I’m in heaven”.  Y cuando nació la niña tenía un gran problema: Tantos moños para tan poco cabello.

No había encontrado en Guatemala algún lugar igual, hasta que vi anunciada una página “Corazón de Melón” que creí era solamente de regalitos  y como tenía varios compromisos, fui  y al entrar (signitos musicales) “Heaven, I’m in heaven”  encontré que también tienen una increíble selección de moños y accesorios lindos para niña.  Yo solamente repetía como mantra una y otra vez “enfócate en el objetivo, vienes por los regalitos, vienes por los regalitos”.  ¡Se me antojaba toda la tienda!, quien no quiso quedarse con el antojo fue la pequeña que tomó una bolsita miniatura, de su tamaño y la abrazó con una sonrisa de total felicidad y ¡no la soltó!.  ¿Cómo es posible que desde tan pequeña le gusten estas cosas coquetas? ¡Supongo que se nace siendo femenina!

Y dejando los recuerdos regresé al armario donde, aprovechando que tenía una pequeña muñequita viviente, pasamos una tarde divertida probando distintas combinaciones.

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Outfit perfecto para las frescas tardes de lluvia Guatemaltecas.  Bolsita de Corazón de Melón

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Este outfit de Zara Baby es más apropiado para los calores Sonorenses

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¡lista para ir a visitar a mis abuelos! Bandita de Little Girls Dress Shop

Otras tiendas de accesorios para niña que me encantan en Obregón:

Rosa Chicle

Cuca y Malola (Navojoa)

En Guatemala

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Mamá primeriza a los treinta y quiubole

Hoy mis días están llenos de zapatitos, juguetes y la sonrisa de una pequeña personita que, aunque llegó a mi vida hace tan solo 14 meses, me cuesta trabajo imaginarme mi vida sin ella. Pero si hubo una época, que parece tan lejana, donde mi vida era puro trabajo, y los fines de semana un poco de parranda para despejarme antes de volver a trabajar. El llegar a ser esposa y madre era tan solo un anhelado sueño, que por razones del destino, se volvió realidad a una edad muy por arriba del promedio jaja. No era fácil encontrar a quien buscaba, así que cuando por fin apareció a mis treinta y quibole añitos, pues ¡no perdimos más tiempo!
La primera visita con mi doctor después de enterarme que estaba embarazada, preocupada pregunté ¿corre algún peligro mi bebe o podré tener alguna complicación en el embarazo por mi edad doctor? Y sonriendo me contestó que de lo único que tenía que preocuparme era de las reuniones de padres de familia en la escuela, pues quizás seamos los más grandecitos allí, pero fuera de eso, no tenia ¡nada de qué preocuparme!
Gracias a Dios el doctor tuvo razón, y no solo en el embarazo, también en la experiencia en general de ser mamá, no ha habido mayores razones por las cuales preocuparme. Quizás ahora que se la gran alegría que da un hijo haya momentos en los que pienso “de lo que me había perdido” ¿me hubiera gustado ser mamá más joven? ¡por supuesto! Pero ese no fue mi caso, así que solo puedo hablar de lo que me ha tocado vivir, ser mamá primeriza a los treinta y quibole:
Hubiera pensado que una de las desventajas de tener hijos más grande es la falta de paciencia, pero en mi caso fue al revés. Cuando trabajaba siempre andaba a mil por hora, mi ritmo de vida era demasiado acelerado y cuando algo no tenía la misma velocidad me hacía perder la paciencia fácilmente. Ahora he aprendido a tomarme las cosas con más calma, sigo siendo acelerada pero más tranquila. Me sirvieron mucho aquellos frenéticos años para ejercitar mi paciencia tan necesaria ahora, en especial en los momentos que mi personita favorita me hace algún berrinche porque no puede comprender por qué no la dejo abrir la taza del baño, ni sacar la basura de los basureros.
Lo que de plano si es un inconveniente es que ya no se tiene la misma energía que antes. Cuando por fin la pequeña bolita de energía cae dormida a las 8 de la noche, yo quiero caer junto con ella me deja ¡exahusta! Y en verdad me hace cuestionarme, ¿están seguros que los terribles son los dos años y no el primero?! ¡lo que me espera!

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A una mamá treinta y quiubolera le urge actualización, porque lo que nos tocó en nuestra época no necesariamente aplica hoy en día. Cuando quise bajar canciones infantiles lo único que se me ocurrió era Cepillin, Cri Cri, Enrique y Ana. Ibamos en el carro feliz escuchando nuestra nueva playlist, cuando de pronto escucho “Papi di por que niños como yo, no tienen con quien jugar y no tienen una mamá. Yo no se por qué mamá al cielo tuvo que ir, a papá le voy a pedir que me deje ir con mi mamá” ¡casi me hace llorar Cepillin con su canción tan triste!. Llegando a la casa comencé a actualizar mi lista, cambiando a Cepillin por el payaso Trepsi. También descubrí un grupo buenísimo que se llama Mother Goose Club, las canciones clásicas de Mother Goose pero con ritmos más modernos.

Otra de las ventajas de la maternidad tardía: longevidad. Según un análisis de New England Centenarian indicó que las madres que dieron a luz a su último hijo después de los 33 años tenían el doble de probabilidades de superar los 95 años de vida que las que lo hicieron a los 29 años, según el sitio muyinteresante.es. Yo desconozco los detalles de este análisis, no se por qué razón este hecho prolongue la vida de las mujeres, lo único que por mi experiencia se, es que mis ganas de querer ver crecer a mi criatura, son tantas que me motivan a cuidarme, a querer ser más saludable para poder seguir a su lado el mayor tiempo posible.
Todavía no va a la escuela y aun no me tocan esos eventos en los que seguramente seré de las mamás de mayor edad, pero estoy segura que no seré la única, pues cada vez somos más las que vivimos al máximo una soltería, que nos prepara para valorar y apreciar la gran dicha que es el ser mamá.

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Para Frijolito con amor

Estaba nerviosa esperando que me entregaran el resultado en el laboratorio.  No sé por qué les tomó tanto tiempo encontrar mi sobre.  Por fin me lo entregaron.  Lo abro. Solo veo números.  A estos conteos hormonales con tanto nervios yo no les entiendo, ¿qué es negativo o positivo? le pregunté desesperadamente a la señorita que me había entregado el sobre “positivo” me contestó, comencé a llorar. Al verle su cara de mortificación, le dije, ¡no! no se preocupe señorita estas son lágrimas de alegría, es que este es un bebe muy deseado, le explicaba mientras tomaba el puño de kleenex que amablemente me pasaba.  Salí  corriendo hacia mi esposo que me esperaba dando vueltas en el estacionamiento lleno.  Aprovechando que llovía, me tape la cara con el paraguas para que no se diera cuenta del resultado solamente con ver mi cara. Le entrego el sobre, se quedó serio.  Su sonrisa tierna y sus ojos llenos de lágrimas me demostraban que sí había entendido aquello del conteo hormonal.

Les dimos la noticia a mis papás que están lejos por video llamada, y a mi familia política, que son los que tenemos aquí, decidimos darles la noticia de una manera emocionante.  Esa noche que nos juntamos a jugar cartas, incluimos un mensaje en una de ellas.  Así, en medio de un relajado  juego de cartas,  cuando nadie lo esperaba, sale una  donde les soltamos la noticia “Bebe #2 viene en camino” la alegría que sentimos esa mañana al recibir la noticia comenzaba a ser felicidad contagiosa.

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Llegó el momento del primer ultrasonido, increíble como ese tamaño de frijolito ya se le escuchaba el latir de su corazón.  Desde que te enteras de la noticia que estás embarazada lo amas, pero cuando lo escuchas siendo tan pequeño, te das cuenta de la grandeza de ese amor.  Un amor que te motiva, que te llena de ilusión por su llegada.

Mi primer embarazo fue delicado el primer trimestre, por eso con este estuve muy al pendiente de indicadores de problemas como un poco de sangrado. Cuando lo noté, seguí las indicaciones de mi doctora: Reposo absoluto.  Pero a diferencia de mi primer embarazo donde solo funcionaba como incubadora sin mayor preocupación.  Ahora esperaba a un bebe, con otro  bebe aprendiendo a caminar.  Afortunadamente soy bendecida con personas super lindas que nos ayudaron con la pequeña para que yo pudiera guardar reposo.

Parecería que lo mejor que le pudieras decir a la mamá de un toddler que no para en todo el día, es que tiene derecho a dos semanas de no hacer nada, suena maravilloso, pero cuando te lo dicen en serio, es horrible, en verdad es muy feo.  No hay un sentimiento mas angustiante que el sentirte inútil.

Tenía muchas ganas de llorar pero pensé, bueno qué gano con eso, además, esa tristeza también la siente frijolito y no queremos eso.  Tenía que tener actitud positiva, ¿Cómo? ¡quién sabe! Pero actitud positiva aun que tenga que estar postrada en una cama.  Y en vedad que si  me ayudó pensar positivamente, busqué en qué entretenerme: viendo series, con un libro, chateando, hablando.  Y así,  en menos de lo que pensé ya había pasado una semana.

Todo iba muy bien, hasta que de pronto, como si fuera una pesadilla, me encontraba recostada en el mar rojo. Una hemorragia tremenda, un susto espantoso, le llamo a mi marido, después a mi doctora, cuando menos lo pienso ya vamos en camino a urgencias, yo lloraba sabiendo que lo habíamos perdido. Me hacen ultra sonido y ¡aún seguía ahí! ¿Cómo es posible? Gracias Dios mío, esto es un milagro.

Ahora si reposo absoluto, no podré pararme para nada, será pesadísimo, si pero recuerdo la inmensa alegria de ver a frijolito en la pantalla y vale la pena.  Solo que esta vez no es aquel reposo del cual pudiera escribirles: 10 tips para un reposo llevadero.  Ahora era un reposo doloroso donde me resultaba imposible leer o realizar cualquier otra distracción.  Pero  por frijolito valía la pena el dolor, ¡vamos frijolito todo va a estar bien!.

Viene otro ultra sonido, tengo toda la fe de que volveré a verte frijolito.  La doctora que realiza el ultrasonido fríamente dice “no se encuentra la bolsa gestacional».  Confundida le pregunto a mi esposo, no entiendo, ¿donde está frijolito? “ya no está” me responde mientras aprieta fuertemente mi mano y yo me rompo en llanto.

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Quizás quien no haya pasado por la pérdida de un embarazo no entienda el por qué duele tanto, ¡si aún ni nacía!.  Pero seguramente no saben tampoco que a un hijo se le ama desde el momento en que te enteras de su existencia.  ¿Estoy triste? Sí, pero me siento en paz, porque sé que mi esposo y yo (yo reposando y el cargándome cuando no me podía mover, trayendo infinidad de medicamentos de la farmacia, haciendo el papel de proveedor de familia, mamá, papá y ama de casa, todo esto al mimo tiempo, sin dejar de estar a mi lado en tantos momentos de dolor).  En el lenguaje médico dicen que la naturaleza es sabia y si el “producto” no venía bien, el cuerpo decide terminar con la gestación.  Yo creo que Dios sabe que si venía con una malformación tan grande que le traería mucho sufrimiento, ha decidió mejor llevárselo con El.  Me pongo en tus manos Dios mío y acepto  tu voluntad.

Gracias frijolito por la alegría que nos diste, gracias mi amor por todo todo todo tu amor, cuidados y  apoyo.  Y a nuestras queridas familias y amigos que con su cariño nos ayudan a salir adelante.

A quien se encuentre en una situación similar, ¡ánimo! No estás sola.  Y si aún tienes a tu frijolito pero estas triste porque tienes que estar en reposo ¡sé feliz! Porque aún se aferra a la vida y tu estado de ánimo es muy importante para que logre salir adelante, y disfruta tu reposo con actividades que te mantengan entretenida.  Un abrazo fuerte

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Paternidad – complemento de maternidad

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No puedo hablar de esta maravillosa aventura de ser mamá sin mencionar a mi compañero de aventuras, a mi aliado, mi complemento para moldear a esta personita que juntos llamamos hija.

Estoy consciente de mis cualidades para llevar a cabo mi vocación de madre, pero también conozco bien mis debilidades.  Mi nerviosismo, es uno de ellos, sobre todo en momentos como cuando mi bebe se enferma.  Y es en momentos como estos, cuando puedo ver como mi esposo y yo nos complementamos perfectamente en este rollo de ser papás, pues el con su calma y serenidad, logra transmitirme esa tranquilidad, necesaria para a su vez transmitírsela a nuestra hija que es tan susceptible a captar mi estado de ánimo.  El ser nerviosa es un impedimento que no me permite hacer algunas cosas como cortarle sus uñitas por ejemplo, pues el día que agarre el valor para intentarlo, aun que lo hice con todo el cuidado, corte un poquito abajo una uñita, y ¡parecía que le había cortado una vena!, yo estaba vestida de blanco y vi como toda mi blusa se pintaba de rojo mientras la criatura lloraba desconsoladamente. Me dolió tanto, y me sentí TAN mal, pero por suerte el es un papá muy involucrado en el cuidado de nuestra hija, que es quien se encarga hasta de sus uñitas.

A las mamás nos toca una parte un poco aburrida en la crianza de los hijos, que es el tenerles que decir que está bien y que no, y digo que es aburrido sobre todo al principio cuando el disco duro del bebe esta en blanco y se les tiene que enseñar todo, me refiero a TODO. “No la tierra no se come”, “¡no! no jales eso porque te cae encima y te sale tutu” “no se le jala la cola al perrito por que le duele” “no el papel a la boca no” y así paso todo el día.  Días que  inicio con todas las pilas, pero conforme pasan las horas, mi nivel de energía va bajando, mientras que mi niña parece recargarse cada vez más, no sé, quizás con el movimiento, se electrifica entre más sube, baja, viene y va.  Cuando llega la noche y siento que ya no doy más, justo en ese momento llega mi relevo.  La niña cuando escucha la puerta abrirse y ve que ha llegado papá, se le ilumina la cara y pega gritos de emoción, a de pensar ¡ya llego el que no me dice que no todo el día ;)! Paso la estafeta y disfruto verlos jugar mientras ríen a carcajadas. ¡Que amor tan especial entre padre e hija! Un gran amor mutuo.

Pero aun que a mí me toca la talacha del no, no, no, estamos de acuerdo de cómo queremos educarla y me apoya mucho en eso.  Es consentidor pero firme cuando debe.  Y aun que a veces hace alguna travesura que nos da mucha risa, nos aguantamos las carcajadas dándonos fuerza para ser serios con miradas de complicidad.

La paternidad es su prioridad, ¡más que los deportes! No es que deje de verlos, solo que ahora los ve sin importarle que por encima de el ande la pequeña terremoto escalándolo, jugando a la comidita y a las escondidas.

Hoy es el día del padre en México, y aun que en Guatemala es hasta el 17, no puedo pasar desapercibido este día, quiero aprovecharlo para decirte ¡gracias! Por TODO tu apoyo, y de parte de la pequeña que aun no puede hablar pero con su mirada lo dice claramente “papito eres lo máximo para mi”  Ya te festejaremos el 17 este es tan solo un pequeño adelanto de todo lo que te mereces por ser un GRAN PAPA. Besos

Será melón, será Chapina- criando a una niña multi nacional

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Por fin llegó el mundial y ¡ya estamos listas con nuestras playeras de México!, la verdad no es por el futbol, de eso no se mucho, es más por el orgullo que siento de ser mexicana y por querer transmitirle este sentimiento a mi hija, que aunque heredó mi nacionalidad, también tiene la de su papá que es guatemalteco. Y como vivimos en Guatemala, sé que el orgullo por esta tierra lo obtendrá de aquí mismo, rodeada de sus volcanes, con el calor de su gente y la belleza de esta tierra, pero el orgullo por lo mexicano, solo yo podré transmitírselo.

Aunque todavía no habla sé que cuando lo haga será con acento chapín (como les dicen a los Guatemaltecos), que hablará de “usted” y “vos”, y que en lugar de decir ¡qué padre!, dirá ¡que chilero!; cuando algo sea “chafa” dirá que es “cholero”; cuando quiera un “hot dog” pedirá un “shuco”, y cuando la llegue a llamar con un: ven para acá “buki” tremenda, no entenderá hasta que le diga, te estoy hablando “güira”. Y eso está bien, la verdad no quiero que le hagan bulling en la escuela por hablar raro jaja. Además es difícil ir en contra de la corriente, por eso yo misma ya he adoptado varias palabras. Al ver como todos le dicen, ¿ya te tomaste tu “pachita”? he dejado de llamarle “biberón”, o le pregunto si quiere su “pepe” cuando le ofrezco su “chupón”.

Pero sí quiero que sepa que, aunque la tortilla gordita de maíz que aquí se come es riquísima sobre todo recién salidita del comal, lo mejor para unos tacos de carne asada son las tortillas de harina. Que no solo hay frijol negro sino también pinto, y que todo puede saber mejor si le echas alguna de esas tantas salsas que hay en la cocina. Que sepa que es un “pulparindo” y un “tarugo” pero sobre todo que los coma como toda una mexicanita, ¡sin que le enchile!

Para subir un grado más la dificultad del asunto, no me gustaría tampoco que pase desapercibida su herencia americana, pues ella nació en EEUU, y es nieta y bisnieta de americanos, y fueron ellos, mis abuelos y mi mamá quienes me transmitieron el orgullo por mis raíces americanas las cuales también me gustaría que tuviera.

Esta Semana Santa me pude dar cuenta que si se puede malabarear esta diversidad cultural, pues el domingo de pascua, despertó con la visita del “Easter Bunny” y después me acompañó en una procesión (en Guatemala son impresionantes! Checa aquí ) y lo mexicano, bueno eso hasta la próxima Semana Santa que nos toque pasar en México, y conozca y baile junto a los fariseos.Imagen

Procesión de Jueves Santo en la noche, Antigua Guatemala

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Mi hija me acompaño cuando tuve el honor de cargara a La Virgen en su salida de Catedral de la Antigua Guatemala

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¡Llego el Easter Bunny!

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Los fariseos Yaquis, durante toda la cuaresma usan estas mascaras como  muestra de que se alejan del mundo material comprometiéndose a cumplir varias restricciones como sacrificio.  Van por las calles pidiendo monedas mientras bailan al ritmo de sus tambores  ¡me encanta verlos!

Es importante que conozca muy bien sus raíces para que no tenga una confusión de identidad, y sepa claramente quien es: una ciudadana del mundo, un mundo con una gran diversidad cultural, y en un futuro, infinidad de oportunidades.

Saludos 😉

100 happy days

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Hace 100 días  me enteré sobre la iniciativa de #100happydays “¿puedes ser feliz por 100 días seguidos” leí al inicio de su página, desde ahí quedé intrigada, continué leyendo “Vivimos en tiempos donde los horarios súper ocupados nos dejan con menos y menos tiempo para disfrutar del presente.  La habilidad para apreciar el momento, el ambiente y a ti mismo, es la base para el puente hacia la felicidad de cualquier ser humano.

71% de las personas que trataron de completar este desafío fallaron citando la falta de tiempo como la principal razón. Simplemente no tuvieron tiempo para ser feliz ¿tú lo tienes?” esa pregunta me dejó pensando, ¿podría ser capaz de hacerlo?, ¡cómo saberlo si no lo intentaba!

Así que comencé, parecía que sería un reto sencillo, donde solo debía subir diario, por 100 días seguidos una foto de cualquier cosa que me hiciera sentir feliz.  Con el paso de los días, comencé a enfocarme en tantas cosas positivas, pero con la rutina, el acelere de la vida, si me daba cuenta de algún momento lindo, solamente tomaba la foto y seguía con lo que estaba. Llegaba la noche sin haber subido la foto del día, y mi esposo que al principio no entendió muy bien el sentido por el cual yo había decidido hacer el reto, terminó convirtiéndose en mi aliado, me preguntaba ¿ya hiciste tu tarea? y junto con él comenzaba a recordar todo lo ocurrido durante el día, reviviendo juntos los buenos momentos que nos hacían sonreír ¡esto se había convertido en felicidad contagiosa!

Soy ama de casa de tiempo completo, mis días entre semana los paso en casa y si llego a salir es a vueltas como ir al super ¿Qué tantos momentos felices puede haber en eso? ¿no?,  pues con este proyecto descubrí que no solo hay un momento sino ¡varios!  Aún en los días más tranquilos, el simple hecho de ir al súper, desde subirme al carro y prender el radio, escuchar una canción “de los viejos tiempos” y cantarla a todo pulmón.  Me cacho a mi misma sonriendo mientras empujo el carrito por los pasillos, en verdad ¡disfruto ir al super!  Regresar a casa y hacer la comida, si me sale rica ¡mayor felicidad!  Abrazar a mi esposo cuando vuelve a casa, después, verlo feliz jugando con nuestra hija.  Llega la noche, me doy cuenta que hay tantas razones por las cuales ser feliz.

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Con mi compañera de super 

En un día lluvioso, ver como mi pequeña se pega a la ventana a ver aquel extraño suceso ¡es la primera vez que le toca ver llover! Salir a cenar unos tacos y echarnos una cervecita con mi esposo; tomar un café calientito en una tarde fría y nublada; darme un tiempito para mí arreglándome las uñas; hablar con mis papás y mi hermana que están en México pero gracias al Facetime puedo sentirlos cerca;  retomar la escritura; estar enferma y cuando llega mi esposo de la farmacia descubrir que junto con las medicinas, también viene un chocolate.

Además de los días “ordinarios” hubo días extraordinarios, como mi cumpleaños, tuve la suerte que cayera en domingo de pascua, con toda la familia reunida, en vacaciones de Semana Santa.  El primer cumpleaños de mi niña, el día de las madres.  Pero también, durante este período  tuve días muy tristes como cuando murió mi abuelita, y aún en momentos tan difíciles pude ver que existen también momentos felices, pues al recordarla, me hacia sonreír.

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De esta experiencia quiero transmitirle a mi hija que haga lo que haga, espero que sea algo que la haga feliz.

Hoy termino el reto y no tengo más que agradecer a la fundación por tener la iniciativa de hacer un movimiento tan positivo.  Definitivamente me hizo enfocarme en las cosas buenas que pasan diariamente, y tener mayor  gratitud por esos momentos.  Y tú ¿tienes el tiempo? ¡Anímate! vale la pena, solo tienes que entrar a 100 Happy Days  darte de alta y comenzar a valorar tantos momentos felices que tienes cada día.

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#100happydays #day100 ¡mision cumplida!